Para empezar, mira todos esos libros. sus novelas de Edith Wharton, ordenadas no por títulos sino por fechas de publicación. La colección de Henry James de la Modern Library, regalo de su padre cuando cumplió veintiún años. Los manoseados libros en rústica que tuvo que leer en la faculltad, mucho Dickens, algo de Trollope, junto conunas buenas raciones de Austen, George Elliot y las temibles hermanas Bronte. Un lote completo de libros de bolsillo en blanco y negro de New Directions, mayormente poesía de gente como H.D o Denise Levertov. Estaban también las novelas de Colette que leía de tapadillo. La primera edición de Parejas, que era de su madre y que Madeleine había hojeado a hurtadillas en los últimos años de primaria y ahora analizaba como sopore textual para su tesis de licenciatura en Lengua sobre la trama nupcial.
Un buen comienzo, sin lugar a dudas, que da algunas pistas esenciales de la personalidad de Madeleine, uno de los personajes centrales de la novela de Jeffrey Eugénides que no me pude resistir a hacerme con ella después de hojearla en una pequeña librería del centro de Granada.
Es verdad que al reconocer al autor, enseguida recuperé la arrebatadora historia de Las vírgenes suicidas que Sofía Coppola llevó inteligentemente al cine. Pero ese arranque, el comienzo de la historia, fue lo despertó todas mis expectativas.
No tengo nada parecido a una metodología crítica concreta que pueda aplicar a lo que leo, al contrario me refiero a lo que leo de un modo vago y asistemático, la verdad. Por eso, tengo que hacer estas trampas para recomendarles este libro, La trama nupcial, la última novela publicada por Jeffrey Eugenides.